La confirmación, junto al bautismo y la comunión, forman los tres sacramentos llamados de la iniciación cristiana.
El objetivo de la catequesis de estas etapas, no es exclusivamente la preparación al sacramento; sino la de lograr que los niños y jóvenes puedan descubrir y desarrollar la fe de su bautismo. La de conocer a Jesús, su mensaje. La de conocer la Iglesia y los sacramentos; y tener una experiencia del Dios que sale a nuestro encuentro y que nos llama a construir su Reino.
La primera Comunión es el acontecimiento más importante de la vida del niño (y de los más importantes en la de los adultos que no la han recibido); después del bautismo. Consiste en la celebración de la comunidad cristiana, en la que tiene lugar la admisión de unas personas, niño y/o adultos, a la plena participación en la Eucaristía; es decir, a la comunión sacramental.
Su preparación tiene una duración de dos años.
Es el sacramento que nos inicia en la vida cristiana. Nos hace Hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Para bautizar, lo primero que hay que hacer es comprender qué es realmente el Bautismo. Obviamente, si en caso de bebés y niños de corta edad, para ser conscientes de su significado y finalidad; realizamos una catequesis previa a la que acuden los padres.
