La primera Comunión es el acontecimiento más importante de la vida del niño (y de los más importantes en la de los adultos que no la han recibido); después del bautismo. Consiste en la celebración de la comunidad cristiana, en la que tiene lugar la admisión de unas personas, niño y/o adultos, a la plena participación en la Eucaristía; es decir, a la comunión sacramental.
Su preparación tiene una duración de dos años.