Señor,
haz que yo sea
hombre de oración,
hombre de evangelización,
y que en el trabajo
me santifique,
que procure la extensión
de tu Reino
y la salvación de las almas.
Señor,
dame un corazón suficientemente
grande para acoger
a todos los pobres,
y suficiente amor para
encenderlo en ellos.
Haz que, contigo,
me inmole por ellos
y que ellos se sientan amados
a fin de que puedan amarte.
Dios mío,
por amor a tu divina infancia,
dame un gran amor hacia los niños,
y que, viendo en ellos a cristianos
bautizados, me dedique,
con los medios a mi alcance,
o hacerlos lo más posible
semejantes a ti,
oh divino Niño que,
desde la cuna,
has sido mi salvador.